La publicidad puede ser un juego muy divertido.
21 abril 2010Ahora que todo el mundo está tan contento de que en TVE no haya anuncios (como si las autopromociones no lo fueran y no interrumpieran), os traemos dos ejemplos que demuestran que se pueden hacer grandes campañas que conecten con tu público, divierta a la gente y refuerce el posicionamiento de tu marca. Y además, sin tener que pagar un pastón por salir en la tele mientras descansa Belén Esteban.
El primer ejemplo viene de la mano de Harley Davidson. Imaginamos que conocéis el fenómeno «Chatroulette» en el que, a grandes rasgos, te pones en contacto vía webcam con gente (y marcas) que tienen o pueden tener cosas en común contigo. Un sitio en el que, a juzgar por el número de usuarios, hay que estar.
O no, porque Harley ha sido diferente y ha decidido que eso no iría con su espíritu. Y ha creado esta campaña de mínimo coste y amplísima repercusión, siendo fiel a sus valores, conectando con sus clientes y usando los medios de forma diferente.
Nos encanta.
El segundo ejemplo viene de la mano de Peugeot, que ha lanzado el modelo 207 en una edición especial para surfers. Y lo ha hecho jugando con el formato y dándole vida al anuncio. Tan sencillo como imprimirlo con parafina, la sustancia que se utiliza para limpiar las tablas de surf y regalar a los surfers una herramienta para darle una pasadita a la tabla.
Si todos los anuncios fuesen así en lugar de señoras que vienen del futuro con un bote de lejía, creemos que la percepción de la publicidad que nos fastidia las películas cambiaría un poco, ¿no creéis?