Sapristi el del bombo
15 enero 2009A veces las esperas entre reuniones de trabajo te dan sorpresas agradables. Ayer estuvimos en Valencia y por casualidad fuimos a caer en el bar de Manolo el del bombo, un ejemplo andante de «personal branding» pero en castizo y un tío majísimo con el que compartimos cervezas y conversación futbolera.
Bienvenido pues, Manolo, a la familia Sapristi.