Qué bien, un nuevo «reset». Cambiamos la web, renovamos el logo, incorporamos personas al equipo… cuando uno comienza una nueva época suele ser habitual el hacerlo desde la necesidad de reinventarse y demostrar a la gente que es completamente diferente a todo aquello que era.
Sin embargo, todo cambio conlleva un proceso de reflexión que te obliga a preguntarte quién eres, quién eras, quién quieres ser, en qué crees y por qué lo haces. Y cuando te contestas, te puede pasar que llegues a la conclusión de que, obviamente, es necesario no dejar de evolucionar pero que hay razones de sobra para (en determinados aspectos) seguir siendo como eras, no dejarte arrastrar por la marea del día a día y no perder tu identidad (sobre todo si trabajas para que tus clientes tampoco lo hagan).
Nosotros hicimos ese ejercicio de preguntarnos en qué creíamos nosotros hace unos años cuando nos embarcamos en esto y en qué creemos ahora. Y nos apetece compartir el resultado con vosotros.
Creemos en la publicidad. Y con la cabeza bien alta. Pero no entendemos la publicidad como eso molesto que se te cuela entre los programas, las páginas, el buzón o la web. Si es molesto, no es buena publicidad. Y si no es buena publicidad, no nos interesa a nadie.
Creemos en la creatividad. Siempre y cuando esté enfocada a la consecución de unos objetivos estratégicos previamente marcados. Ser notorio es muy fácil. Ser eficaz es otra cosa.
Creemos en el servicio. Pero el servicio va más allá de darle la razón al cliente. Pensamos que el mejor servicio que podemos dar, además de estar cuando y donde se nos necesita, es conocer cuanto más mejor el producto o servicio que vamos a publicitar. Si no conoces, no crees. Y si no crees, no vendes.
Creemos en el cliente. Eso sí, nuestro cliente no es solo la empresa que nos paga. Son los consumidores que les pagan a ellos. Y merecen todo nuestro respeto. Por eso evitamos aburrirles, engañarles, menospreciarles o atosigarles.
Creemos en el diálogo. Por eso proponemos mensajes que generen respuesta. E invitamos a las marcas a hablar con sus consumidores para mejorar, para conocer mejor a su público y para vender más y mejor.
Creemos en las ideas. Y en las nuevas tecnologías. Por este orden. Subir un vídeo a Youtube lo puede hacer cualquiera. Crear un concepto que conecte a la marca con sus consumidores no. Primero pensemos qué decimos, luego cómo.
No creemos en el miedo. Es el principal enemigo de las ideas, de los avances, de las alegrías. El miedo sirve para atenazar y para impedir que la gente haga cosas. Y nosotros lo que queremos es todo lo contrario, invitar a la gente a hacer cosas que les beneficien a ellos y a nuestros clientes.
No creemos en la especialización. Creemos en los conceptos que son tan sólidos que son capaces de funcionar en un evento, en un spot, en una página de un periódico o en una felicitación de Navidad. O sea, que creemos en la integración de disciplinas para la consecución de un objetivo y en saber cuanto más y de más cosas, mejor.
No creemos en las poses. No creemos que a las marcas le hagan ningún bien que sus agencia de publicidad tengan una central en Nueva York. Ni que tengan en plantilla 100 trabajadores que no trabajarán para ellas y sí le cobrarán. Eso eran otros tiempos. Pero sí creemos que necesitan gente con oficio, un equipo profesional, flexible y ágil que se adapte a sus necesidades, sean de la dimensión que sean. Ser grande no es una cuestión de tamaño. Sino de actitud.
No creemos haber inventado la rueda. No somos los primeros que decimos todo esto que acabas de leer. Y lo podría decir cualquiera. Pero nosotros creemos que dejándolo aquí escrito y demostrando con nuestros trabajos que no lo decíamos por decir, conseguiremos que no se nos olvide y que cada vez más gente siga creyendo en nosotros y en esta forma de hacer publicidad.
Y tú, ¿qué crees?