Cuando vivían en la región de Rutina, los Caballeros de la Cabeza Cuadrada hacían todos los días lo mismo, a la misma hora, en el mismo sitio. Y no sabían lo aburrido que era hasta que llegó allí Sir Dance Alot y les convenció de que fueran con él a la Isla de CAMelot.
Ahora pintan, bailan, juegan, cantan y hacen lo que les da la gana, cuando les da la gana, con quien les da la gana.
Tú puedes unirte al ejército. Si te da la gana, claro.
Mima Nimú trabajaba en unas mazmorras torturando a los prisioneros del Dr. Tedio con su voz de pito.
Hablaba y hablaba diciendo insensateces a sus víctimas hasta que éstos confesaban, hartos de oírla. Pero un buen día vino a la isla de CAMelot de vacaciones y se quedó de piedra al descubrir que a veces, el silencio es el mejor de los sonidos. Y por eso sólo se mueve cuando alguien le dice algo realmente bonito.
Si no te lo crees, dile lo guapa que está en vez de quedarte ahí parado.
La Sirena del Foso cantaba tan mal que aburría hasta a las piedras. Tales eran sus desafinos que tuvo que irse por piernas de su isla y se vino a la isla de CAMelot. Entonces una bocanada de aire fresco y azul entró en su garganta. Desde ese día, su voz atrae a miles de personas que saben que la belleza depende del cristal con que se mire, y del oído con que se escuche.
La princesa Léela es una princesa de cuento de hadas. Y de piratas. Y de todos los cuentos. Porque desde lo alto de la torre en la que estuvo encerrada leyó sin parar, día y noche, uno, dos, tres y cuatro mil libros de cuentos, a la espera de que un príncipe azul viniese a salvarla de las fauces del maligno Dr. Tedio.
Como no llegaba se hizo una cuerda con sus trenzas y se vino para la isla de CAMelot, donde come perdices y cuenta cuantos cuentos quiere.
Sir Uve H. Ese es todo un caballero como los de las películas. Sólo que en vez de lanza, tiene una cámara con la que recorre los pasillos del castillo haciendo travellings y planos fijos. Y todo se le queda grabado para que ustedes, damas y caballeros, puedan verlo en sus localidades de los cines CAMelot, donde las palomitas no se comen, sino que se dejan volar, como la imaginación.
CAMelot es una isla que no sólo no tiene fronteras, sino que además nunca está en el mismo sitio. Puede estar, por poner un ejemplo, mañana en Palma y pasado se va con la música a otra parte. CAMelot no tiene rey ni reina, salvo que tú quieras serlo. La moneda corriente en CAMelot no es nada corriente, porque las cosas se pagan con canciones, con risas, con barquitos de papel e incluso con serpentinas. Lo que sí que hay en CAMelot es damas y caballeros, que se dedican a muy diversos oficios sin beneficio: hay cantantes, actores, trapecistas, titiriteros, cuentacuentos, timbaleros, trovadores, otros músicos y encantadores encantados de que los visites.
CAMelot tiene un enemigo, el cansino y botarate Dr. Tedio, dueño y señor de la región de Rutina, que aprovecha la canícula para sumir a la población en un estado de sopor y aburrimiento. Si no se divierten, no piensan. Si no piensan, mejor para el tirano.
Dice la leyenda que por donde pasaba la gente de CAMelot se vivían días y noches de magia, fantasía y arte. Y que todo el mundo estaba invitado a unirse a la tropa del reino de CAMelot.
Y cuentan algunos que CAMelot montó su campamento en Palma de Mallorca del 15 al 20 de julio. Y que lo que pasó allí, fue toda una gran historia.
Muchísmo mejor que el «jugón» calvo y sus adláteres sin caspa, muchísmo mejor que las repeticiones del «séloquehicisteis», a la altura del mejor Berto y sólo un poco por debajo del interminable concurso de acertar la palabra que falta mientras una chica dicharachera espera tu llamada están las cortinillas de continuidad de LaSexta para este verano.
Escritas por la micropoetisa Ajo y el estudio Cocoe, a nosotros nos parecen ahora mismo, de lo mejor que hay en la tele.
Con todos los respetos para el Gran Prix de Bertín Osborne (Canal 9 nunca nos defrauda)
Si estás aquí leyendo esto, es porque te gusta la publicidad. Y si te gusta la publicidad, tienes un problema y tienes que entrar a I love publi, un espacio dedicado a la publicidad que pertenece a soitu, una nueva forma de informarse y divertirse que poco a poco va ganando adeptos.
I love publi está coordinado por Álvaro Sobrino y Eduardo Bravo, a la sazón mandamases de la revista dedicada al diseño gráfico Visual y que con la inestimable y casposa colaboración de César García, director creativo de Sra. Rushmore, están haciendo un trabajo muy interesante y divertido. ¡Y actualizado constantemente!
Eso sí, si entráis y os mola, no os olvidéis de nosotros, volved a vernos de vez en cuando.
Anuncio especialmente dedicado para los amigos miembros de la asociación cultural «Miccionarios», dedicados a la investigación y divulgación de los beneficiosos efectos de la cerveza. En este spot queda demostrado que como bebiendo cerveza, en ningún sitio.