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Lo que veréis en este vídeo es una sucesión de escenas de pelis porno, pero tuneadas para todos los públicos. Lo han hecho desde Diesel para anunciar sus fiestas XXX. Por lo visto en su web, estarán en Barcelona, así que si alguien se apunta…

«La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en la masa pegajosa que se proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la satisfacción perruna de que todo esté en su sitio, la misma mujer al lado, los mismos zapatos, el mismo sabor de la misma pasta dentrífica, la misma tristeza de las casas de enfrente, del sucio tablero de ventanas de tiempo con su letrero Hotel de Belgique.
Meter la cabeza como un toro desganado contra la masa transparente en ncuyo centro tomamos café con leche y abrimos el diario para saber lo que ocurrió en cualquiera de los rincones del ladrillo de cristal. Negarse a que el acto delicadode girar el picaporte, ese acto por el cual todo podria transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano. Hasta luego, querida. Que te vaya bien.

Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Tanto más simple aceptar la fácil solicitud de la cuchara, emplearla para revolver el café.
Y no que esté mal si las cosas nos encuentran otra vez cada dia y son las mismas. Que a nuestro lado haya la misma mujer, el mismo reloj, y que la novela abierta sobre la mesa eche a andar otra vez en la bicicleta de nuestros anteojos, ¿por que estaría mal? Pero como un toro triste hay que agachar la cabeza, del centro del ladrillo de cristal empujar hacia afuera, hacia lo otro tan cerca de nosotros, inasible como el picador tan cerca del toro.
Castigarse los ojos mirando eso que anda por el cielo y aceptar taimadamente su nombre de nube, su replica catalogada en la memoria. No creas que el teléfono va a darte los números que buscas. ¿Por que te los daria? Solamente vendra lo que tienes preparado y resuelto, el triste reflejo de tu esperanza, ese mono que se rasca sobre una mesa y timbla de frío. Rómpele la cabeza a ese mono, corre desde el centro hacia la pared y ábrete paso.
¡Oh cómo cantan en le piso de arriba! Hay un piso arriba en esta casa, con otras gentes. Hay un piso de arriba donde vive gente que no sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal. Y si de pronto una polilla se para al borde de un lápiz y late como un fuego ceniciento, mírala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón pequeñísimo, y la oigo, esa polilla resuena en la pasta de cristal congelado, no todo está perdido.
Cuando abra la puerta y me asome la la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las cosas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mi como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.»

De vez en cuando, casi por casualidad, te reencuentras con viejos libros que te devuelven a la irrealidad. Mañana será otro día. O el mismo, depende de vosotros. Permitidnos la licencia de usurpar estos textos del maestro Cortázar y de dedicárselos a Aliche, por seguir en su empeño de ablandar el ladrillo.

No nos extraña que la cosa esté tan mal, no…

Hoy teníamos pensado seguir repasando el palmarés de Cannes, pero hemos encontrado este spot de cuando éramos nanos y que seguro recordaréis. Mítico, memorable…

Contact juggling es una forma de malabarismo que consiste en mover alrededor del cuerpo objetos como por ejemplo bolas de cristal. Se popularizó en los años 80 gracias al personaje que encarnaba David Bowie en la película Laberinto, cuyas manos en realidad eran las del especialista Michael Moschen.

Una de sus variantes más asombrosas es el “aislacionismo”, que consiste en sostener la bola como si se hubiera detenido en tiempo y espacio y danzar a su alrededor.

Increíble. A ver cuánto tardamos en verlo en un anuncio.

Éste es un resumen de cómo ha sido la despedida de soltero de David Adelantado, socio fundador y director creativo de Sapristi. David no es el negro de los cuernos ni el ser volador, sino el que está detrás de la valla, acuclillado, con una bombona en la espalda y con la testa rapada.

Esta joyita publicitaria la hemos encontrado en una revista local. Genial…

Os presentamos al tío masclet. Y con él, a las Fallas.

Nuestra oficina de Dénia está de fiesta. Bueno, ellos no, pero el resto de la ciudad sí. Es un placer estar trabajando bajo un constante bombardeo, con el suave olor de la pólvora mezclada con churros reveníos entrando por las ventanas, con los simpáticos chavales que con su candorosa inocencia ponen masclets en nuestro cartel para ver si pueden acabar de destrozarlo. Es un placer aparcar en la punta de la escollera para poder llegar a la oficina porque todas las calles están cortadas. Qué bien, las fallas, yupi.

Ahora en serio, nos gustan las fallas. Nos gustan mucho. Y no lo decimos porque tengamos a un señor vestido de «Cañas y Barro» y a una señora con el traje de boda de la princesa Leila amenazándonos con encender una traca debajo de la mesa. Nooo, qué va, qué va…

Nos gustan tanto que vamos a tener que cerrar la oficina hasta el próximo día 25 de marzo. Y para que no se diga, la familia sapristiana de Barcelona se solidariza con nosotros y también cierra.

¡Vivan las fallas! ¡Viva el tío masclet!

La castiza expresión «hay gente pa tó» cobra aquí especial sentido. Y es que en esta web encontraréis el trabajo de unas personas que se han dedicado a unir caras de personajes famosos con las que salen en los billetes de todo el mundo. El resultado es cuanto menos simpático. ¿Y para qué sirve esto? Pues así a bote pronto, para nada, pero no nos extrañaría nada ver pronto una gráfica con este recurso.